Era habitual que la clase trabajadora, sobre todo los que poseían pequeños comercios, tuvieran la residencia y el trabajo en el mismo edificio ( negocio en planta baja y vivienda en planta superior). Eran lugares bastante austeros, sin excesivo mobiliario y de líneas muy sencillas.
Las clases más altas vivían, como hemos dicho, en Domus. Eran residencias habituales entre los romanos y tienen unas características específicas. Tras un pórtico de entrada, había una segunda estancia en cuyo centro se situaba el impluvium que era una especie de piscina que servía para recoger el agua de lluvia. Alrededor de este se ubicaban las habitaciones y dependencias privadas. Y al fondo otra dependencia que se utilizaba a menudo como almacén. Aunque posteriormente se incorporó un jardín, de influencia griega.
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